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Lindsay sitting still and going inward
Por Lindsay Majer
Imagino que nuestra pausa por la causa parece una vacación de once meses. No recibimos a un nuevo grupo de becarixs. No hemos organizado almuerzos para aprender ni foros comunitarios. No hemos producido widgets. Aunque hemos seguido nuestras donaciones y recientemente anunciamos varios programas piloto, puede ser que algunxs de ustedes se hallan preguntado qué hemos estado haciendo.
Puedo dar fe de que hemos estado trabajando arduamente. Hemos vuelto nuestra mirada hacia adentro nombrando nuestro privilegio, viendo al poder en la cara, y resistiendo las prácticas arraigadas en la supremacía blanca con paciencia, compasión y cuidándonos mutuamente. Es una labor consistente que requiere trabajo emocional y reflexión continua. Por medio de la presente comparto con usted parte de mi proceso:
Yendo Hacia Adentro
Cuando estamos en constante movimiento reaccionando a las necesidades inmediatas que tenemos enfrente, es difícil identificar los sistemas y estructuras que prolongan la opresión. Esta pausa nos ha hecho bajar la velocidad y quedarnos quietxs en quiénes somos, de dónde venimos, qué valoramos y qué creemos que es cierto.
Yo tengo muchos privilegios y poder por ser una mujer blanca, heterosexual, cisgénero, sin discapacidades de 38 años, con educación formal. La cultura blanca reafirma la idea que la gente que se ve como yo tiene las respuestas, pero la verdad es que no conozco las experiencias que me faltan y tengo la responsabilidad de escuchar y aprender de las experiencias de lxs demás, dar espacio sin estar en el centro, y amplificar las voces de quienes la sociedad marginaliza.
Del mismo modo, a medida que AMKRF mira hacia adentro, estamos identificando el poder que tenemos como financiador. Estamos aprendiendo cómo los sistemas de filantropía oprimen, conspiran para mantener el estatus quo y mantener el poder. Estos sistemas son incompatibles con nuestros valores. Con la información del proyecto para escuchar a la comunidad y bajo la asesoría de nuestrxs asesores de confianza, esta pausa nos ha permitido pensar creativamente en cómo hacer filantropía de manera distinta.
Todo Depende de las Relaciones
Durante los últimos meses, el personal de AMKRF ha dedicado mucho tiempo a compartir historias sobre los lugares donde hemos vivido, las personas que nos moldearon y las experiencias que han influido en nuestra perspectiva. A veces, compartir estas historias personales es muy revelador y vulnerable, pero escuchar y compartir estas perspectivas nos conectó en un nivel humano. El llegar a conocernos de esta manera trajo consigo un nuevo nivel de respeto y confianza.
Con esa confianza, empezamos a examinar la cultura de nuestra organización. ¿Qué poder tienen cada unx de nosotrxs? ¿Qué influencia tiene eso sobre nuestras decisiones? ¿Cómo se manifiesta la supremacía blanca en nuestra organización? El saber de dónde venimos nos ha ayudado cuando sostenemos conversaciones difíciles y también a identificar tensiones dentro de nuestra cultura organizativa. Cuando surgen tensiones, y sí que surgen, confiamos que provienen de un lugar de profundo cariño.
Es liberador incorporar nuestro ser por completo a nuestro trabajo. Valorarnos mutuamente como personas completas y no solo el papel que jugamos es un acto verdaderamente radical. Tomarnos el tiempo para escuchar y compartir crea confianza-confianza en el proceso, confianza mutua, y confianza en lo estas creando.
Creando Cultura
A medida que pelamos las capas de la cebolla de AMKRF a lo largo de nuestra pausa, la cultura blanca dominante seguía surgiendo. Identificamos que nuestra comunicación era excesivamente agradable y no conflictiva. Pedimos la contribución de todxs, pero nunca compartimos cómo esa retroalimentación influenciaría el proceso de toma de decisiones. Nuestras normas no expresadas eran reaccionarias y urgentes. Nuestras solicitudes de becas asumían un liderazgo blanco y hacían muchas preguntas innecesarias. Nuestras normas organizativas estaban ausentes o no eran claras, lo que creaba confusión y desigualdad. Nuestro panorama era apologético, abrumado por la culpa, e infiltrado por la fragilidad blanca. Participábamos en la comunidad sin ser conscientes del poder que tenemos como financiadorxs.
Podría continuar hablando sobre todas las verdades difíciles que identificamos y que continuamos identificando sobre nuestra cultura organizativa. Afortunadamente, el primer paso para transformar esas verdades es reconocerlas y nombrarlas. Hace once meses no tenía tiempo para pensar en estas cosas y mucho menos tenía las palabras para nombrarlas. Con algo de asesoramiento* y paciencia, al ir hacia adentro, confiar en las relaciones, y crear nuestra cultura organizativa, estamos creando sistemas que están en línea con nuestros valores. Esperamos que la cultura que creemos dentro de nuestra organización como individuos cree olas para tener un mundo más justo.
*Asesoramiento extraordinario proporcionado por Tamiko Ambrose Murray de Ambrose Consulting y Beth Trigg de Taproot Consulting. Conozca más sobre su trabajo en las organizaciones de justicia social poniéndose en contacto en ambroseconsultingwnc@gmail.com y beth.trigg@gmail.com.