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Mary «Ayotunde» Dixson ha estado abogando desde que era niña y ha continuado como defensora de la juventud y de la comunidad en su vida adulta. Como una campeona de la justicia social de toda la vida, entiende desde hace mucho tiempo que criar a les niñes requiere paciencia y enseñanza activa, y que si queremos que nuestra comunidad prospere, tenemos que enseñarles.
La comunidad de Ayotunde le ha dado confianza en sus conocimientos y en las herramientas necesarias para proveer recursos a la comunidad. Ella busca que la comunidad invierta en sí misma y reconozca el gran poder que realmente tiene, porque sabe que, aunque nunca se puede empoderar a nadie, sí se les puede mostrar el poder que ya tienen y cómo fortalecerlo aún más.
Como organizadora comunitaria, Ayotunde entiende que la construcción comunitaria comienza con el conocimiento de una misma y del sistema en el que se vive: para luchar contra un sistema opresivo, primero hay que entenderlo. Ella cree que todas las personas tienen derecho a la vivienda, a la educación y a mantenerse por sí mismas. Para Ayotunde, cuando las mujeres y las personas negras prosperan, todas las personas se benefician; y cuando nuestra comunidad es responsable unas de otras, todes ganamos.

Luca S. cree en el poder de las personas conectadas en comunidad para acompañarse y guiarse mutuamente a través de períodos de crecimiento transformador. Su fortaleza personal y su fe en nuestra capacidad colectiva se basan en sus múltiples experiencias de profunda generosidad de recursos y de espíritu de las personas con quienes ha formado comunidad. Luca está deseoso de apoyar el impulso del trabajo en curso en el área de Asheville y el liderazgo integral de los miembros de su cohorte.
Luca considera que la organización es una expresión de nuestra necesidad más íntima de luchar y prosperar colectivamente: respondiendo directamente a las amenazas a la seguridad y la libertad, y fomentando un sentido de pertenencia y valor para todes quienes lo necesitan. Se siente honrado por la oportunidad de aprender nuevas habilidades para poner la sostenibilidad y la accesibilidad en el centro de su trabajo con esta cohorte. Luca está comprometido a organizar de una manera que refleje el potencial de sanación inherente a una comunidad, independientemente de las estrategias institucionalizadas que buscan degradar la resiliencia del colectivo.





Shuvonda Harper cree en el poder de la gente común para generar un cambio duradero—no a través de grandes discursos o acciones puntuales, sino mediante un compromiso profundo, el esfuerzo diario y la responsabilidad mutua. Como organizadora comunitaria dedicada y madre soltera, vive sus valores en casa y en la comunidad, enseñando a sus hijos la importancia del compromiso cívico, la defensa de los derechos y el apoyo a los demás.
Su trabajo se centra en desmantelar los sistemas que mantienen a las comunidades atrapadas en ciclos de pobreza, trabajo mal remunerado y viviendas inasequibles. También está profundamente comprometida con la soberanía alimentaria y la conservación de los alimentos: cultiva alimentos frescos, los comparte con sus vecines y defiende un acceso más saludable a los alimentos en comunidades a las que se les ha negado durante mucho tiempo. Para Shuvonda, la salud es riqueza, y comer para vivir es tanto un acto personal como colectivo de resistencia y supervivencia.
Guiada por los valores de bondad, paz, igualdad, amor, inclusión, esperanza, diversidad y sanación, Shuvonda considera que la organización no es solo una estrategia, sino un estilo de vida. Siempre está dispuesta a aprender, conectar y animar a les demás, asegurándose de que el trabajo que realiza se base en la justicia, la nutrición y el cuidado comunitario a largo plazo.

Tiffany DeBellott lleva muchos años organizando, comenzando a nivel comunitario en la escuela secundaria en Brooklyn, Nueva York, y más tarde profundizando su práctica a través de la organización cultural y la formación en el Highlander Education and Research Institute. Para Tiffany, la comunidad no es solo un lugar; es cualquier sitio donde descansa la cabeza, donde puede conectar con la gente y donde nos reunimos para prosperar y generar un cambio significativo.
Lo que Tiffany más valora de su comunidad es la capacidad de tener conversaciones difíciles sin permitir que estas impidan que el trabajo avance. Ella cree que, en comunidad, podemos sanarnos mutuamente, rendir cuentas unas a otras y aun así mantener el amor en el centro de la misión que nos proponemos.
Para ella, la organización comunitaria consiste en conocer los propios dones, reconocer dónde brillan les demás y reunir esos dones para construir una fuerza colectiva que impulse un cambio duradero. En este proyecto, Tiffany ve su papel como un puente entre organizadores juveniles y adultos, ayudando a entrelazar nuestras fortalezas en un movimiento poderoso.




Directora de Concesión de Subvenciones Dirigida por la Comunidad


Directora de Concesión de Subvenciones Organizacional y de Incidencia Filantrópica
